viernes, 15 de febrero de 2013

El síndrome del campamento de verano.


  • HACHE: He conocido a una chica, Gin.
  • POLLO: ¿Qué clase de nombre es ese?
  • HACHE: Pues el nombre de una loca. Una que hace lo que le da la gana y no le da explicaciones a nadie.
  • POLLO: Pasame la botella.
  • HACHE: Gin, sólo ella puede tener ese nombre y que no te entren ganas de reírte. Me gustaría que la conocieras.
  • POLLO: A mi también me gustaría. Si estás aquí lloriqueando hablándome de ella debe especial.
  • HACHE: He estado en el garito al que siempre íbamos, la última vez que estuve fue contigo.
  • POLLO: ¿Y qué? ¿Alguien me manda saludos?
  • HACHE: No sé, parecía como que no conocía el sitio tío. La gente era la misma pero estaban todos cambiados.
  • POLLO: Es el síndrome del campamento de verano.
  • HACHE: Qué es otra de tus teorías, ¿no?
  • POLLO: Te vas de campamento y te lo pasas de puta madre, el mejor verano de tu vida. Vuelves a casa y te tiras todo el año pensando en el próximo campamento, en volver a repetir todo, mejor. Y entonces llega, y todo ha cambiado. Las chicas, tus colegas están raros, son extraños ya. Y caes, los mejores años fueron eso, los mejores y nunca se van a repetir