domingo, 3 de noviembre de 2013

"Me dijeron que para enamorarle tenia que hacerle reir, pero cada vez que se rie él me enamoro yo."

Es curioso como siempre consigue arrancarme una sonrisa. No puedo evitarlo, se me dibuja en la cara sola. Y mejor todavía, me ilumina el corazón. Hay sonrisas falsas, que sólo manipulan el rostro. Pero no consiguen engañar a nadie, la sonrisa de verdad no se ve en los labios. Se ve en los ojos, que brillan de repente. Es extraño; por muy mal que vayan las cosas, por mucho empeño que ponga yo en estar enfadada o triste, siempre aparece esa sonrisa. Siempre aparece esa persona que consigue arráncarmela. Que consigue robármela. Y hacía mucho que no sonreía de esta manera. Hacía mucho que los motivos para estar seria eran mucho más fuertes, hacía mucho que nadie conseguía derribar mi protección a prueba de robos. Y ahora ya no estoy segura de si ha vuelto la sonrisa o me la han robado. La cuestión es que me gusta sentir esa luz en mis ojos. Me gusta sentir el corazón brincando en el pecho. Y me gusta sentir  que vuelve a haber un siempre. Aunque para mí el siempre no es más que un continuo por ahora. Pero hay que ver cómo me gusta este por ahora. Como me gusta mi sonrisa. Y la tuya.

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