No te pido que me quieras. Jamás lo haría. Sólo te pido que te pongas nervioso cuando me veas aparecer. Tampoco pido que me des un beso cada día. Sólo que me dediques una sonrisa de vez en cuando. No te pido palabras bonitas, alguna cara rara, una palabra mal sonante, o incluso en los casos más extremos que me abraces por accidente. No te pido que hables de mi cada día, ni les cuentes a tus amigos que tenemos algo. Sólo te pido que de vez en cuando te acuerdes de mi, aunque sólo sea una vez en cuatro meses. No quiero que estemos todo el día juntos, unos cuantos empujones de vez en cuando sería suficiente. No quiero pasarme el día colgada del teléfono hablando contigo, escucharte al punto de la mañana con una palabra cargada de sueño es más que suficiente. No quiero que te acuerdes de mi, solo que recuerdes que alguien que te saca de quicio te ha escrito algo en la mano, con un único fin, que te acuerdes de ella, aunque ella lo niegue. No quiero ser alguien importante, sólo quiero ser alguien diferente.
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