Lo que pasa con la vida real es que, cuando haces alguna estupidez, sueles acabar pagándola. En los libros, los protagonistas pueden cometer tantos errores como quieran. No importa lo que hagan, porque al final todo sale bien. Derrotan a los malos, arreglan las cosas y todo acaba guay.
En la vida real, las aspiradoras matan a las arañas. Si cruzas una calle sin mirar y hay tráfico, eres arrollado por un coche. Si te caes de un árbol, te rompes algún hueso.
La vida real es horrible. Es cruel. Le tienen sin cuidado los protagonistas heroicos y los finales felices y cómo deberían ser las cosas. En la vida real, las cosas malas suceden. La gente muere. Las luchas se pierden. A menudo vence el mal...
La vida real es horrible. Es cruel. Le tienen sin cuidado los protagonistas heroicos y los finales felices y cómo deberían ser las cosas. En la vida real, las cosas malas suceden. La gente muere. Las luchas se pierden. A menudo vence el mal...
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