“No tengo ni la más remota idea de qué cantaban aquellas dos italianas y lo cierto es que no quiero saberlo, las cosas buenas no hace falta entenderlas. Supongo que cantaban sobre algo tan hermoso que no podía expresarse con palabras y que precisamente por eso te hacia palpitar el corazón”
lunes, 30 de enero de 2012
Lo peor de todo es que le echo de menos.
Todos hablamos mucho cuando nos cuentan cosas parecidas que les ocurre a otras personas. No sé por qué, pero nunca pensamos que pueden sucedernos a nosotros y, en cambio, el día menos pensado... ¡pam! Te toca a ti, como si te hubieras traído mala suerte tú sola. Tienes que arreglar cuentas con tu orgullo y tus ganas de seguir con él, pero, ¡que coñazo! Siempre he sido una negada en matemáticas y además, en el amor no existen ecuaciones ni operaciones, no existe el contable de los sentimientos o el asesor financiero de amor. ¿Qué ocurre, hay que pagar un impuesto para ser feliz? Si fuera verdad, lo pagaría con gusto..
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