viernes, 24 de febrero de 2012

Le he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana.

"No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus caderas, ya sé que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además lo he visto serio, ser él mismo y enserio que eso, no se puede describir en un poema. Por eso, eso que me cuentas de que míralo como bebe las cervezas y como se revuelve sobre las baldosas. Y que fácil parece a veces enamorarse. Y todo eso de que él puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir viva, ¡y a la mierda con la autodestrucción! Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre. Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que él aparezca de golpe y de frente para decirte: "Venga hazte, un peta, y me lo cuentas." No sabes lo que es despertarte y que él se retuerza bostece, luego te abrace y luego no sepas como deshacerte de todo el mundo. Así que supondrás que yo soy la primera que entiendo que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo paso, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte, son algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mi de versos a mi no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos. Que yo también lo veo, que cuando él cruza por debajo del cielo sólo el tonto mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro, y en formato gemido, y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices, y el sitio exacto que lo tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría. Me sé lo de sus rodillas y la forma de rozar las cuerdas de la guitarra. Que yo también he memorizado su número de teléfono pero también el número de sus escalones y el número de veces que afina las cuerdas de la guitarra antes de ahorcarse por bulerías. Que no solo conozco su última pesadilla sino que también las mil anteriores.  Y yo si que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que jamás nadie tendrá jamás con la luna. ¡Y MIRA QUE HAY TONTOS ENAMORADOS EN ESTE MUNDO! Que se la cara que pone cuando se deja se completamente él, rendido a ese puto milagro que supone que exista. Que lo he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos. Lo he visto formar un charco de arena con todos los relojes que le puso el camino. Le he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana. No me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo. Que lo de "mira si, un polvo es un polvo" y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas. Y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre. Que te entiendo que yo escribo sobre lo mismo, sobre el mismo. Que razones tenemos todos pero yo muchas más que vosotros."

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