“No tengo ni la más remota idea de qué cantaban aquellas dos italianas y lo cierto es que no quiero saberlo, las cosas buenas no hace falta entenderlas. Supongo que cantaban sobre algo tan hermoso que no podía expresarse con palabras y que precisamente por eso te hacia palpitar el corazón”
miércoles, 8 de febrero de 2012
No te bastó con robarme el corazón sino que también la felicidad.
Ahora ya sé cuando algo está acabado, sé cuando parar, sé cuando no hay que seguir tirando de la cuerda... porque ya no hay nada más que sacar. Sólo los que se aferran a la idea de que haya algo más allá de lo encontrado sufren. No le pidas a una persona más de lo que tienen que ofrecerte. No puede ser: el amor se apaga, el amigo se aleja, la suerte se pierda a la vuelta de la esquina... No la persigas, déjala ir. Si tiene que volver, volverá por otro camino. Es sencillo, lo único que tienes que hacer es seguir caminando hacía delante, puedes pararte a echar un vistazo al pasado para recordar alguna enseñanza olvidada, pero no te quedes mirando. La gente irá y vendrá, mira que no hay personas en el mundo... Hay gente que tan solo entra en tu vida de repente para darte una lección y acto seguido sale de ella, desaparece casi sin dejar rastro... tómate esa lección muy enserio. Imagínate que mañana fuera tu último día, imagínate que mañana ya fuera demasiado tarde... ¿Perdonarías a tus enemigos? ¿Dirías lo que nunca te atreviste a mencionar? ¿Por qué no puede ser ahora el momento adecuado? Y da igual cuán perfecto sea él, no te pares a mirar sus virtudes, sus defectos, los sentimiento que encendía en tu interior... sino te quiero, si el sentimiento se apaga, si todo se acaba de repente un día tan sólo debes pensar que si eso ha pasado, es que no es para ti. Déjalo ir.. es la mejor.. dejarlo ir. ¿Pero y si dejando ir algo que quieres pierdes la oportunidad de volver a traerlo a tu lado? ¿Qué pasa si no se trata de ser fuerte y tomar tu propio camino sino de perseguir el camino que llevas soñando tanto tiempo? Improvisemos los pocos minutos que nos quedan en este lugar. ¿No es maravillosa esa sensación de saber que puedes cambiar toda la historia con tan sólo un gesto, una palabra... una mirada? Sin embargo yo ahora prefiero perderme entre las copas y las risas de un bar... para olvidarte. Dejemos el resto de la historia en manos de azar.
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